El aparato digestivo está formado por un conjunto de órganos en los que se produce la digestión de los alimentos. Los alimentos pasan de un órgano a otro del aparato digestivo, que es lo que se conoce como digestión. La función de estos órganos es descomponer los alimentos en sustancias nutritivas, absorber estos nutrientes, y desechar los restos de alimentos en forma de heces.
1. La nutrición.
Nuestro organismo consigue las sustancias que necesitamos para vivir, las reparte por el cuerpo y eliminar las sustancias perjudiciales gracias al proceso de digestión.
En el proceso de la nutrición participan varios aparatos de nuestro cuerpo: el digestivo, el respiratorio, el circulatorio y el excretor.
2. El aparato digestivo.
El aparato digestivo
Se encarga de descomponer los alimentos y extraer de ellos las sustancias útiles para nuestro cuerpo. Estas sustancias son los nutrientes.
El aparato digestivo está formado por varios órganos huecos que forman un tubo muy largo por el que circulan los alimentos.
El recorrido del aparato digestivo comienza en la boca y termina en el ano.
La digestión
Las personas estamos continuamente consumiendo energía. Sin energía no podríamos realizar ninguna actividad, como correr, jugar o pensar. Esta energía nos la proporcionan los alimentos que tomamos.
Cuando comemos, los alimentos pasan al tubo digestivo, donde se descomponen en otras sustancias y en partículas muy pequeñas, llamadas nutrientes, que pueden ser transportadas por todo el organismo y ser absorbidas fácilmente. A este proceso de transformar los alimentos en sustancias más sencillas se le llama digestión.
La boca
La digestión comienza en la boca, en el momento en que ingerimos los alimentos, porque allí comienza su transformación. En la boca se realiza la masticación de los alimentos, para ello utilizamos los dientes y la lengua.
La lengua nos permite apreciar los sabores de los alimentos y mezclar estos con la saliva.
Los dientes sirven para triturar los alimentos y son de tres clases:
–Incisivos, para cortar
–Caninos, para desgarrar.
– Molares y premolares, para triturar.
Las glándulas salivares producen saliva y ayudan a formar el bolo alimenticio, el cual pasará después por la faringe, hasta llegar al esófago.
El esófago y el estómago
El bolo alimenticio es transportado a través del esófago hasta el estómago. El esófago es un tubo largo y estrecho, que mide unos 25 centímetros de largo.
El estómago es un ensanchamiento del tubo digestivo en forma de bolsa. Cuando el bolo alimenticio pasa del esófago al estómago, éste empieza a moverse y a segregar jugos gástricos que ayudan a descomponer y a transformar los alimentos.
Con sus movimientos, el estómago ayuda a desmenuzar los alimentos.
El estómago cuenta con treinta y cinco millones de “pequeños grifos” llamados glándulas, que vierten jugos gástricos en su interior, para realizar la digestión.
Los alimentos permanecen en el estómago hasta que se forma una papilla, tras lo cual pasarán al intestino.
El intestino
El intestino consta de dos partes bien diferenciadas, cada una de las cuales cumple una función en el aparato digestivo:
-El intestino delgado, donde se realiza la digestión intestinal.
-El intestino grueso, que se encarga de absorber agua y de fabricar las heces.
El intestino delgado es largo y estrecho (mide de 6 a 8 metros de largo) y para poder alojarse en el interior del cuerpo se encuentra muy replegado sobre sí mismo. Se divide en tres partes llamadas Duodeno, Yeyuno e Íleon. En su interior se terminan de digerir los alimentos y se realiza la absorción de los nutrientes. Allí son recogidos por la sangre y después son distribuidos por todas las células del organismo, mediante el aparato circulatorio.
El intestino grueso se encuentra rodeando al intestino delgado y mide un metro y medio aproximadamente. Al intestino grueso van a parar las sustancias de desecho que no han sido absorbidas ni aprovechadas para nuestro organismo ( pues todos los nutrientes han pasado ya a la sangre). Estas sustancias (llamadas heces fecales) forman una pasta espesa y, como ya no son necesarias, son expulsadas al exterior por el ano.
Las heces permanecen en el intestino grueso de seis a veinte horas hasta que son expulsadas. Durante este intervalo de tiempo, el intestino grueso absorbe el agua que contienen.
Puede suceder que parte de estas heces no siga el camino estipulado a través del intestino grueso y queden retenidas en el apéndice, con la posibilidad de producir la inflamación de éste llamada apendicitis.
El hígado y el páncreas
El hígado y el páncreas son dos glándulas importantes que intervienen en la digestión, vertiendo sus jugos( bilis el hígado y jugo pancreático , el páncreas) al intestino delgado, para contribuir a la digestión intestinal.
El hígado es de color pardo y es la glándula más grande de nuestro organismo. Su peso es aproximadamente de un kilo y medio. Junto al hígado se encuentra una bolsita pequeña llamada vesícula biliar.
El páncreas es más pequeño y se encuentra situado entre el estómago y el intestino. Esta glándula tiene forma alargada.
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